viernes, 24 de noviembre de 2017

REVISIONES

Día de revisión.
Llegas al hospital de día el día de la revisión. Llegas con 4 infusiones y unas ojeras que no las vas a tener ni aunque salgas de fiesta 6 días seguidos con más miedo que el primer día.
Llegas al hospital, entras en la sala de espera del pabellón oncológico mientras ves como cientos de ojos te "estudian" y comentan a tu paso.
Te sientas y esperas a tu llamada.
Entras en la consulta sin respiración hasta que te dicen que todo esta saliendo bien y que las pruebas salen limpias.
Sientes que has subido un escalón. Que has ganado una batalla. Y así hasta el día que te dicen "Estás libre de enfermedad"

Ese día, probablemente sea uno de los mejores días de tu vida.
Piensas. "Se acabó" No más quimios, no más pinchazos, no más radioterapia y aunque sigas llevando un "tratamiento de mantenimiento" ya no es lo mismo.

Pero, hay algo que no te cuadra. Sigues sin ser tu.
Los efectos secundarios siguen ahí. Hinchazón, irritación, falta de pelo, cansancio etc.

Siguen las revisiones cada tres meses al principio, luego cada seis y finalmente son revisiones anuales y vuelves al punto de partida cada cierto tiempo. Otra vez noches sin dormir, ojeras, nervios, tilas...

Cuando llegas a la revisión y te dicen que todo esta bien, te sientes estúpida por haber pasado una mala noche pero eso es  algo normal en todas las personas cuando están esperando algo que les pude cambiar la vida. 

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